Hay que ver esta película. Siempre.
Hablar sobre Breakfast on Pluto siempre resulta muy fácil y muy complicado al mismo tiempo.
Es una película que aborda muchos temas y bien distintos que ya de por sí darían para rato, desde el conflicto norirlandés, la transexualidad, la prostitución, el embarazo... (and much more) pero no se engañe estimado lector, el director, Neil Jordan, no viene a contarnos una historia ñoña y cutre. Viene a contarnos un cuento.
Es una película que aborda muchos temas y bien distintos que ya de por sí darían para rato, desde el conflicto norirlandés, la transexualidad, la prostitución, el embarazo... (and much more) pero no se engañe estimado lector, el director, Neil Jordan, no viene a contarnos una historia ñoña y cutre. Viene a contarnos un cuento.
Y como muchos cuentos, este tiene como protagonista a una joven. La jovencita Patrick Braden, que nace con un sexo que no le corresponde. Hija de madre y padre desconocidos, la película se centrará en la búsqueda de su identidad, no solo como hija, sino como mujer. Sin embargo y partiendo de esta premisa, el director, podría haberse dejado llevar por una historia triste y desgarradora plagada de momentos emotivos que te partieran el corazón. (Bueno, se ha de señalar que la película se crea a partir de la novela homónima de Patrick McCabe, quien colaboró en el guión) pero no cae en la tentación y se nos plantea una película llena de buen humor y de not very serious things.
Según cuenta el propio director Neil Jordan, (él lo dice en inglés pero alguien ya te lo ha traducido) "mientras Pat McCabe y yo trabajábamos para refinar el guión, en mi cabeza estaba Cándido, la fábula de Voltaire sobre un eterno optimista que mantiene que vive en el mejor de los mundos posibles incluso aunque el caos y la ruina le rodeen. A través de esta insana insistencia en ver el mundo como un lugar hermoso, Patrick nunca pierde aunque lo pierda todo" (1).
Según cuenta el propio director Neil Jordan, (él lo dice en inglés pero alguien ya te lo ha traducido) "mientras Pat McCabe y yo trabajábamos para refinar el guión, en mi cabeza estaba Cándido, la fábula de Voltaire sobre un eterno optimista que mantiene que vive en el mejor de los mundos posibles incluso aunque el caos y la ruina le rodeen. A través de esta insana insistencia en ver el mundo como un lugar hermoso, Patrick nunca pierde aunque lo pierda todo" (1).
Una banda sonora más que destacable, con temas de Rubettes con su Sugar Baby Love, marcan en buena medida los pensamientos y reacciones ante lo adverso por parte de la protagonista.
Curioso resulta también fuera ya de la película, la confusión creada por parte de espectadores y críticos, que nos hablan de la protagonista como un travesti o como un homosexual, siendo como es que se trata de una mujer que necesita una reasignación de sexo.
Porque, diferenciemos, no es lo mismo un travesti que un transexual o un homosexual. En las imágenes que acompañan al texto podemos ver al modelo Andrej Pejic, quien por su cara andrógina trabaja como modelo con ropa femenina. Un hombre que se viste de mujer (por el motivo que sea, fetichismo sexual, trabajo, espectáculo, placer...) será un travesti. Una mujer que nace con un cuerpo de varón, que no le corresponde, como es el caso de Agnes Torres, activista pro derechos del colectivo LGTB, y asesinada en 2012, es un transexual. O al menos así me lo han explicado a mí...
Porque, diferenciemos, no es lo mismo un travesti que un transexual o un homosexual. En las imágenes que acompañan al texto podemos ver al modelo Andrej Pejic, quien por su cara andrógina trabaja como modelo con ropa femenina. Un hombre que se viste de mujer (por el motivo que sea, fetichismo sexual, trabajo, espectáculo, placer...) será un travesti. Una mujer que nace con un cuerpo de varón, que no le corresponde, como es el caso de Agnes Torres, activista pro derechos del colectivo LGTB, y asesinada en 2012, es un transexual. O al menos así me lo han explicado a mí...
Volviendo a la película, una estética casi perfecta rodeada de color sin ser pastelera ni pastelosa. Recuerda en ocasiones al mítico Louxor j´adore de Philippe Katerine, provocando en un ambiente rural con una caravana cargada de purpurina y lentejuelas. Sin tampoco mucho encanto por otro lado...
También y por lógica y rebote nos recordará a The Adventures of Priscilla, Queen of the Desert de Stephan Elliot, por la temática, la búsqueda de ese familiar perdido, algo así como un viaje existencial que transformará la vida del que lo hace. Si bien por la parte "Priscila" se trataría en gran medida de una road - movie, en el caso de Breakfast, es el propio personaje el que abandona un entorno hostil para adentrarse en un Londres que parece querer engullirlo como hizo con su madre.
Lo dicho señores, yo por mi parte voy a mirar un vuelo. Quiero ir a desayunar a Plutón.
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