palabras que luego borra con el pie.
Y corre, Sabina corre rápido, y hacia ninguna parte.
El viento, que arrastra arena, la golpea una y otra vez en la cara, en los brazos, en toda su piel.
Y Sabina siente, siente fuerte. Y lo siente todo.
Y siente no sentir nada.
Pero ella es así, que siente sin sentir.
Sabina es joven y es bella.
Y le gusta rascarse la cabeza cuando piensa.
Y mirar por la ventana del tren.
Y contar señales, si, a Sabina le gusta contar señales de tráfico y matrículas. Pero se enfada cuando se equivoca de número. 1, 2, 3 ... 67, 68... "No me hables, que me distraigo... ¿por qué número iba?, Mierda, ya se me ha olvidado..." Pero el la perdona siempre. Aunque le chille de vez en cuando.
Y Sabina ríe.
Y llora.
Llora mucho y todos los días. Cuando era pequeña pensaba que se le secarían los ojos si no lloraba a diario. Y por si acaso sigue llorando.
Y ríe.
Si, también ríe.
Fotograma de Valerie a týden divu - Jaromil Jires (1970) |
Qué arte tienes para tocar teclas emotivas... ¡¡Bravo!! Mis felicitaciones y... ¡¡quiero más!!
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